
1. Introducción a la alfalfa como planta medicinal
La alfalfa (Medicago sativa), también conocida como «padre de todos los alimentos» (del árabe «al-fac-facah»), es una planta leguminosa perenne originaria del suroeste asiático y muy valorada como forraje animal. No obstante, desde hace siglos también ha sido empleada en medicina tradicional tanto en Oriente como en Occidente por su extraordinaria riqueza en nutrientes y principios activos.
En fitoterapia, se aprovechan sobre todo sus hojas secas y los brotes tiernos (germinados), los cuales concentran numerosas vitaminas, minerales, fitoestrógenos, enzimas digestivas y compuestos antioxidantes.
2. Principios activos de la alfalfa
La alfalfa destaca por su perfil nutricional y fitoquímico único:
- Vitaminas: A, B1, B2, B6, C, D, E y K (particularmente rica en esta última).
- Minerales: calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, silicio, zinc, cobre y manganeso.
- Clorofila: depurativa, cicatrizante, oxigenadora celular.
- Saponinas triterpénicas: hipocolesterolemiantes, inmunoestimulantes.
- Isoflavonas y cumestanos (fitoestrógenos): efectos hormonales similares al estrógeno.
- Flavonoides y ácido fenólicos: antioxidantes.
- Aminoácidos esenciales: contiene todos, lo que es raro en una planta.
- Enzimas digestivas: amilasa, lipasa, proteasa, invertasa, etc.
3. Propiedades terapéuticas y beneficios
3.1. Propiedades principales
- Remineralizante: útil en casos de fatiga, convalecencia o desmineralización ósea.
- Tónica general: por su riqueza vitamínica y mineral.
- Antianémica: por su alto contenido en hierro y vitamina C.
- Digestiva: mejora la asimilación de nutrientes, estimula el apetito y favorece el tránsito intestinal.
- Depurativa: favorece la eliminación de toxinas hepáticas y renales.
- Hipocolesterolemiante: las saponinas reducen la absorción de colesterol.
- Estrogénica natural: alivia síntomas de la menopausia o del síndrome premenstrual.
- Antioxidante: combate el envejecimiento celular.
- Cicatrizante y antihemorrágica: gracias a la vitamina K y la clorofila.
- Antiinflamatoria leve: en procesos crónicos.




4. Usos terapéuticos tradicionales y actuales
- Anemia ferropénica: como coadyuvante gracias a su alto contenido en hierro y vitamina C.
- Osteoporosis o pérdida de masa ósea: fuente vegetal de calcio y vitamina K.
- Menopausia y menstruaciones irregulares: por su acción estrogénica.
- Estados de fatiga, estrés o decaimiento: como reconstituyente natural.
- Colesterol alto: ayuda a disminuir el LDL sin afectar el HDL.
- Desmineralización, fragilidad ungueal o capilar: remineralizante eficaz.
- Convalecencia tras enfermedades largas o infecciones virales.
- Dificultades digestivas leves: por sus enzimas.
- Mal aliento: efecto desodorizante por la clorofila.
5. Formatos en los que se puede consumir la alfalfa
5.1. Brotes germinados (forma más nutritiva)
- Se consumen en ensaladas, batidos o como guarnición.
- Ricos en enzimas, clorofila y vitamina C.
- Aporta todos los beneficios de forma equilibrada y segura.
5.2. Hojas secas en infusión
- Digestiva, depurativa y remineralizante.
- Dosis: 1-2 cucharaditas por taza, 2-3 veces al día.
5.3. Cápsulas o comprimidos de alfalfa en polvo
- Dosis variable (500–1000 mg/día), útil como suplemento multivitamínico.
- Indicada en estados de carencia o fatiga.
5.4. Tintura o extracto líquido
- Absorción más rápida, indicado para tratamientos de fondo.
- Dosis orientativa: 20–30 gotas, 2-3 veces al día.
5.5. Jugo de alfalfa fresca (en licuadora o extractor)
- Potente efecto alcalinizante y depurativo.
- Se mezcla con otros vegetales como apio, pepino o zanahoria.
6. Posibles efectos adversos y contraindicaciones
Aunque la alfalfa es segura en cantidades alimentarias, hay ciertas precauciones en dosis terapéuticas:
6.1. Contraindicaciones
- Enfermedades autoinmunes (lupus eritematoso sistémico): la L-canavanina presente en semillas puede agravar síntomas autoinmunes.
- Embarazo y lactancia: se desaconseja en extractos concentrados por su contenido estrogénico.
- Tratamientos anticoagulantes: por su alto contenido en vitamina K, puede interferir con medicamentos como la warfarina.
- Alergia a leguminosas: puede causar reacciones en personas sensibles.
6.2. Interacciones medicamentosas
- Con anticoagulantes: antagoniza el efecto.
- Con inmunosupresores: puede reducir su eficacia.
6.3. Riesgos por mal uso
- Brotes mal germinados: riesgo de contaminación bacteriana (E. coli, Salmonella) si no se desinfectan adecuadamente.
- Dosis excesivas (suplementos): pueden causar diarrea, gases o reacciones hormonales leves.
7. Estudios científicos que respaldan su eficacia
- Reducción del colesterol LDL:
Matsuura F. et al. (1980). «Hypocholesterolemic action of alfalfa saponins.» Atherosclerosis.
→ Se observó una reducción del colesterol en animales alimentados con saponinas de alfalfa. - Actividad antioxidante:
Zhou Y. et al. (2012). «Antioxidant activity of alfalfa flavonoids in vitro.» Molecules.
→ Alto poder neutralizante de radicales libres. - Efecto estrogénico leve:
Kostelac D. et al. (2003). «Fitoestrógenos en la alfalfa: papel protector frente al cáncer.» Journal of Agricultural and Food Chemistry.
→ Posible efecto modulador hormonal beneficioso en menopausia.
8. Resumen
La alfalfa (Medicago sativa) es mucho más que un alimento para animales: es una fuente natural de nutrientes, antioxidantes y fitoestrógenos que puede ser usada como suplemento terapéutico en casos de debilidad, anemia, menopausia, fatiga crónica o exceso de colesterol.